Es importante que los niños adquieran “hábitos de alimentación” para que aprendan a comer y con ello tengan una buena salud y calidad de vida, además de que la forma de comer y relación con la comida tienen que ver determinantemente con la forma en que vivimos.
Para una adecuada formación de “hábitos alimenticios” o “patrones de consumo”, se debe tener en cuenta lo siguiente:
HORARIOS
Es favorable tener una rutina de horarios y planeación de alimentación cada 3 ó 4 horas aproximadamente. La capacidad gástrica de los niños es reducida y tienen actividad física constante, por lo que es importante no ofrecerles demasiada cantidad de alimentos, pero sí frecuencia (cada 4 ó 5 horas).
Los niños necesitan comidas pequeñas, frecuentes, variadas y, de preferencia, nutritivas.
No es recomendable que coman (“picotear”) todo el tiempo, tampoco es lo ideal que pasen más de 4 horas sin ingerir algún alimento.
Si salimos fuera de nuestra casa, podemos transportarles uno o dos “lunchs” o una comida completa (dependiendo la cantidad de horas que vayamos a estar fuera de casa). Lo que les llevemos de la casa lo podemos controlar, en cambio, lo que se ofrece en el cine, teatro, parques, tienditas de clubes deportivos, carreteras, central de autobuses, aeropuertos, aviones, normalmente son alimentos muy altos en azúcares, grasas y harinas.
NOTA: No es algo “malo” comer grasas, azúcares y harinas altas en contenido calórico y baja calidad nutrimental de vez en cuando. Lo deseable es que se consuman con moderación.
NIVELES DE HAMBRE – SACIEDAD: NO SOBREALIMENTAR O SUBALIMENTAR
Se recomienda comer cada tres o cuatro horas. Sin embargo, debemos preguntarle al niño/a si tiene hambre, para que él pueda ir, poco a poco, identificando y comunicando sus necesidades fisiológicas de hambre y saciedad, esto es: escucharlo y ayudarlo a que se escuche y conozca su cuerpo.
¿Cuándo comer?
¿Cuánto comer?
¿Cuándo dejar de comer?
Los papás dan calidad y variedad de alimentos y los niños escogen la cantidad.
NOTA: No es favorable forzar a que se acaben todo el plato que le servimos o que coma algo que no le gustó o ya no puede comer (porque ya está satisfecho).
Por otro lado, si en una comida comió muy poco o casi nada, no es recomendable que después le demos dulces, chocolates, papitas, etcétera. Lo adecuado es esperar a que le de hambre y ofrecerle nuevamente algo de dos o tres grupos de alimentos.
¿QUÉ ALIMENTOS LE VAMOS A OFRECER Y A RECOMENDAR QUE ELIJA CUANDO NO ESTAMOS NOSOTROS?
MUCHA VARIEDAD
Se busca una alimentación sana y equilibrada.
Se recomienda utilizar diferentes nutrientes, sabores, combinaciones, colores, olores, texturas, consistencias… y lo que se nos ocurra para hacer interesante el alimento.
En las cuatro o cinco comidas que se van a hacer al día, es preferible que vengan dos o tres grupos de alimentos principales (frutas y verduras, cereales y tubérculos, leguminosas y alimentos de origen animal).
NOTA: No dar demasiado de un grupo. No repetir alimentos del mismo grupo en un mismo tiempo de comida. Ejemplo: comer sándwich de mermelada, galletas de animalitos, barra de cereal, ya que, en este caso, sólo se están dando alimentos del grupo de los cereales y olvidando la proteína, frutas y verduras.
¿QUÉ CANTIDAD, EN QUÉ PRESENTACIÓN Y MOMENTO?:
Estamos acostumbrados a comer sopa, plato principal, guarniciones y postre, en varios “tiempos”. Sin embargo, en niños es mejor ofrecer todo en un mismo plato o elegir porciones pequeñas de todo lo que haya para comer.
De esta manera el niño podrá elegir y comer variado, y no “llenarse”, por ejemplo, con la sopa de fideo, porque después ya no se alimenta igual de otros grupos de alimentos.
NOTA: Tratar de no sustituir alimentos nutritivos por azúcares simples, grasas, carbohidratos simples al principio de la comida, porque luego se quita el hambre, debido a que calóricamente se “llenan”, y entonces lo más probable es que no comerán el resto de lo que les íbamos a dar.
IMPORTANTE! Comer viendo televisión, jugando, leyendo no es recomendable porque:
Si el niño está haciendo otra cosa mientras come, no se da cuenta (no está consciente) ni está conectado con lo que necesita su cuerpo (está distraído), entonces, o come de más, o come de menos.
¿CÓMO FAVORECER CONDUCTAS POSITIVAS HACIA LOS ALIMENTOS?
- No pelear a la hora de comer.
- Enseñar a los niños a conocer los alimentos y, poco a poco, irlos probando.
- Tener paciencia.
- No regañarlos si no pueden, o no quieren, terminarse algo que les servimos.
- Si a nosotros no nos gusta un alimento, lo más seguro es que no se lo ofreceremos a nuestro hijo, no lo conocerá y tal vez, cuando lo pruebe, tampoco le gustará.
- Involucrar a los niños en todo el proceso (compra y preparación) es muy útil.
- Fomentar un ambiente cercano, familiar, cariñoso durante la hora de la comida, platicando con nuestro/a hija/a de muchas cosas diferentes (no de comida y formación de hábitos).
- No regañar cuando coman de más, o de menos, sino tratar de tener un acercamiento comprensivo hacia ellos.
- No es recomendable premiar o castigar con los alimentos.
- No nos preocupemos de más con la alimentación de nuestros hijos, porque podemos ocasionar conductas indeseadas.
- No hay alimentos buenos ni malos, lo importante es aprender a equilibrar.